Los extremos de excesos y depuración

El camino del medio

Es muy recurrente que después de vivir ciertos excesos, ya sean alimentarios, de trabajo, de descanso, nos polaricemos al lado opuesto, con la intención de equilibrarnos, pero eso significa irnos al otro extremo y eso queda lejos del equilibrio. A principios de año, los “excesos” navideños, que acompañan a los buenos propósitos, nos impulsan a tomar decisiones como hacer “DETOX”, a “limpiarnos”, “depurarnos”, “desintoxicarnos” y creemos que necesitamos zumos, ayunos prolongados, entre otros remedios para acelerar y acompañar a este proceso. ¿Es necesario? ¿este tipo de actitudes contradicen el equilibrio de salud?

Sin duda, podemos tolerar déficits calóricos y restricción de alimentos durante un buen período de tiempo, pero este tipo de actitudes llevan a bucles infinitos de exceso-restricción, acompañados de culpa, remordimiento, severidad, obligación, prohibición, pesocentrismo, control, que se aleja de un autocuidado y que dejan de ser necesarios si enfocamos nuestras energías en construir hábitos saludables cotidianos y nos permitimos conectar con el placer de nuestras comidas sin colocar la etiqueta del merecimiento o ultimátum. De la misma manera, en la restricción existen requerimientos esenciales (esto es, aquellos que podemos obtener únicamente a través de alimentos) que no son cubiertos, y procesos que necesitamos para que nuestro cuerpo funcione de forma óptima se quedan cojos y por lo tanto el sistema puede fallar. 

¿Es necesario “detoxificarnos”?

En cuanto a la necesidad de “detoxificarnos” tengo buenas noticias: nuestro hígado, con horario de 24 horas non-stop, ya incluye procesos propios de limpieza.

El hígado participa en el proceso de desintoxicación, captura sustancias potencialmente problemáticas presentes en la sangre y las expulsa, no se queda con ellas. Pero también contamos con otros sistemas de “limpieza” como la piel a través del sudor, el riñón a través del deshecho de la orina o incluso la flora intestinal que mantiene a raya las endotoxinas presentes en el intestino.

detox

¿Cómo trabaja el hígado?

El “detox” del hígado se compone de 2 fases:

 1a fase: participan unos enzimas que se denominan p450 que reduce la toxicidad de los compuestos haciéndolos hidrosolubles. En este proceso se liberan muchos radicales libres, y ahí es importante el glutatión (un SUPERantioxidante), para reducirlos o neutralizarlos. Así como también vitaminas como la B, C y E son necesarias en esta primera fase.

2a Fase: se pone en marcha un proceso llamado conjugación donde las toxinas se unen a otros compuestos como los aminoácidos (las piezas que forman las proteínas) o moléculas de sulfuro, para poder expulsarlos a través de la orina principalmente o heces.

No hay ningún proceso de limpieza a base de ayunos de semanas prolongados, zumos, suplementos, como tal que tengamos que hacer. Si construimos elecciones diarias que apoyen al buen funcionamiento de nuestro cuerpo-templo no necesitaremos remedios extremistas que lejos de ser necesarios y de ayuda nos minan.

¿Cómo podemos apoyar a nuestro hígado?

Disminuye la carga tóxica, en la medida que puedas: alcohol, alimentos procesados – azúcares, grasas de mala calidad, glutamato-, medicamentos ( procura no automedicarte tomando paracetamol o ibuprofeno para cualquier dolencia, esto tiene efectos en tu hígado y también en tus intestinos).

Reduce la presencia de ciertos compuestos químicos a los que nos exponemos de forma habitual, los cuales se ha comprobado que se encuentran en pequeñas cantidades en la mayoría de las personas y que aunque sea especulativo el nivel de toxicidad sabemos que muchos de estos compuestos se aíslan en las grasas para aminorar sus efectos y que pueden interferir en procesos metabólicos:

  • BPAs o Bisfenol A (están presentes en los plásticos). Prioriza envase de vídrio y utensilios de cocina libres de este compuesto, ya que en presencia de calor es cuando este tiene la potencialidad de actuar.
  • Pesticidas y Herbicidas. Elige hortalizas, lácteos, frutas, carnes, huevos de agricultura ecológica.
  • Ftalatos. Es Los ftalatos son productos químicos industriales ubicuos que se utilizan como plastificantes, disolventes, lubricantes y estabilizadores en el fabricación de productos de consumo tales como juguetes, equipos médicos y medicamentos, cosméticos yenvasado de alimentos. La población general está expuesta a ftalatos por ingestión de alimentos y agua, exposición cutánea e inhalación de aire contaminado. Una vez tomado en el cuerpo, los ftalatos se metabolizan y excretan rápidamente en orina y heces.

A pesar que organismos como el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en los últimos 10 años afirma que la exposición es extremadamente baja y por lo tanto segura,  hay estudios que asocian los metabolitos que generan en el cuerpo con un aumento del índice de masa corporal y el perímetro de cintura. Por lo tanto, la recomendación de utilizar envases de vidrio, utensilios de cocina, cósmetica y productos de limpieza libres de estos componentes es muy útil e incluso necesario.

Elige añadir especias en tus preparaciones como el cilantro, jengibre y la cúrcuma y hierbas como el cardo mariano ( que contiene silmarina – también presente en la alcachofa- con efectos beneficiosos sobre el hígado) aunque no esta recomendado tomarlo a largo plazo ya que impide la metabolización de algunos fármacos.

Potencia alimentos ricos en sulfatos como los vegetales donde destacan el brócoli, coles, cebolla, ajo para favorecer la fase II del hígado.

Potencia el de proteína de calidad como los huevos (a poder ser ecológicos), pescado ( a poder ser salvaje ;)), marisco, proteínas vegetales como la soja, tempeh, azukis… que aportaran aminoácidos necesarios en la fase I del hígado.

Recuerda mantener una microbiota saludable tomando fibra fermentable como fruta de temporada fresca ( kiwi, plátanos, mandarinas, naranjas…), así como también cocida ( manzana en compota, plátano), semillas como chía, calabaza, sésamo, girasol, lino, almidón resistente presente en la patata y el arroz basmati ( con menos concentración de arsénico que otros arroces), verduras de hoja verde frescas ( rúcula, espinaca, col rizada, espárragos, alcachofa)…

Ten presente incluir actividad física con la que disfrutes y puedas sostener, ya que participa en una vía de eliminación de tóxinas evidente como la sudoración. No obstante también mejora nuestra circulación, y así mismo en los procesos hepáticos.

 

Confía en la voluntad orgánica de tu cuerpo y apóyalo con tus elecciones.

 

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