¿Es compatible la Navidad con la Salud?

El significado de las fiestas y el símbolo de la comida

 

¿Qué significado tiene para ti la Navidad? ¿Y la comida propia de estas fiestas navideñas? Cuando se acercan ciertas fechas, es curioso observar cómo cada uno de nosotros cuenta con una experiencia individual, pero también colectiva, y evidentemente compartida de lo que representa para sí mismo ese periodo de tiempo: qué prioriza, qué es importante, qué decisiones toma, cómo elige vivir y compartir esos días. Ya sea Semana Santa, vacaciones, Carnaval o Navidades.

Sin que haya “buenas” o “malas” decisiones, que es algo de lo que he escrito largo y tendido estos meses, es quizás importante que nos cuestionemos para ser completamente honestos con las decisiones que tomamos, sobre todo si queremos estar alineados con una salud que prospera y nos acompaña a lo largo de los años y de nuestra vida. Son esas pequeñas decisiones, día a día, las que marcan una tendencia y una dirección. Y quizás sería interesante cuestionar dogmatismos tradicionales que han ido calando en nuestras rutinas, en este caso navideñas: 

“no es Navidad si no engordo unos kilos”

“voy a prepararme esta semana antes de Navidad para compensar lo que vendrá” 

“no es Navidad si no me como esto hasta aburrirlo, porque el resto del año no lo veré” 

“en Navidad es un no parar de comer”

“más vale que sobre a que falte”

“solo son unos días al año, no pasa nada si me paso comiendo y bebiendo estos días, es normal”

Y un sinfín más que seguro que ya te están viniendo a la cabeza… Sin tela de juicio, simplemente cuestionándolo, te propongo que elijas una frase de las anteriores, uno de esos pensamientos o alguno que hayas creado tú, y que contestes lo siguiente:

¿ese pensamiento es cierto?

¿estás 100% seguro de que eso es así?

¿es una certeza del 100%?

¿Qué sientes, qué ocurre dentro de ti, qué pensamientos más vienen cuando piensas esto que has elegido? ¿Hay alguna sensación corporal, juicio sobre ti o los demás? ¿Quién serías sin el pensamiento que acabas de elegir?¿Puedes imaginarlo?

Ansiedad con la comida

Mi intención con esta reflexión es que puedas darte cuenta de que todo pensamiento, juicio, es una creación, que no necesariamente es real, forma parte de un mito, un paradigma, pero que de elegirlo sí que finalmente condiciona nuestra realidad y nuestra experiencia.

Cómo ya te venía contando en anteriores post,  hay muchos factores que envuelven el acto de comer. ¿Cuáles son para ti?

La comida tiene diversos significados en nuestra sociedad actual. Utilizamos la comida para celebrar y festejar, como premio o recompensa, al igual que como castigo. Comemos para reunirnos con familiares y con amigos o incluso por trabajo. Nuestras preferencias y aversiones alimentarios son símbolo de nuestra identidad y pertenencia a un grupo. La comida es mucho más que comida y tiene múltiples significados.

Pero eso ya lo sabías.

Lo que nos motiva a comer; la cantidad de alimento, la frecuencia y la elección de alimentos está afectada por variables que no están relacionadas directamente con las propiedades nutritivas del alimento o lo que nos afecta a nivel fisiológico. Sino que el comportamiento alimentario humano está influenciado por señales que provienen del alimento, del propio cuerpo, del entorno social y físico y también asociadas a las emociones.

Poder ser coherentes con nosotros y con una intención clara de cómo queremos vivir las navidad, qué significan para nosotros y poder asumir los resultados es crucial para tomar responsabilidad y poder sobre nuestra salud y nuestra alimentación.  Para conocer CUAL ES TU VISIÓN en estas Navidades y poder encontrar como transformarla, si es que te limita, te invito a que sigas leyendo 😉

MIEDO Y CONTROL

El miedo y el control como enmascaramiento de salud: Desde aquí vivimos las comidas y los encuentros en la mesa desde una penitencia o tortura, moralizando la alimentación en los buenos y los malos, convenciéndonos que  nos estamos “cuidando”: “esto no lo puedo comer que es malo”, “esto me engordará mucho”, “voy a necesitar compensar este trozo de turrón”, “mañana no como en todo el día”. Si realmente te genera tensión, pensamientos obsesivos, sensación de descontrol, presión, quizás puedas replantearte estrategias de negociación y flexibilidad para contigo para mejorar manera de vivirte a ti y tu alimentación. Por desgracia este tipo de conductas se han ironizado e incluso normalizado, y no puede ser normal vivirte así. La salud siempre está en una zona dinámica de equilibrio y caos constante, donde escucharnos y permitirnos sin castigos ni premios, forma parte de la ecuación más importante de nuestro famoso y nombrado autocuidado. Por ello te recomiendo que hagas emplees el WIN/WIN, yo gano y tu ganas. En esa parte de ti más hedónica y placentera y la parte de ti que cuida con ferviente presencia, puedes darle a ambas lo que necesitan: Tomo parte de la ensalada de guarnición y postre; tomo la crema de verduras por la noche y el trocito de turrón; tomo los dos tentempiés que me gustán y los disfruto y también me tomo la fruta de postre esta vez. Trabajar el merecimiento y la flexibilidad dará un respiro a tu mente e irónicamente a tu cuerpo estas fiestas.

QUIERO Y NO PUEDO

Otra opción es la de quiero y no puedo: Donde paso de prohibirme a dármelo todo sin freno, para luego volver a compensar y acudir a dietas milagro, a buscar efectos détox y justificar mis decisiones a pesar de que me han hecho daño. Te recomiendo primero de todo añadir consciencia a los “puedo”, porque sí “puedes”. Cuando te permites comer de todo, no necesitas comer de todo, por ello entrena este musculo del permiso. La principal creencia por la que no lo hacemos es porque creemos que lo tomaremos sin medida, y si puede ser que después de tanta restricción nos lo entreguemos con más anhelo al inicio pero una vez puedes darte cuenta de que “esta permitido” cuentas con ello y lo eliges cuando realmente te apetece o te merece la pena. Y ahí puedes poner en practica este cuadro que te propongo:

DE PERDIDOS AL RÍO

Otra visión de navidades es “de perdidos al río”: Desde estas gafas vemos la comida a través del exceso, dejamos rutinas que nos hacen bien, no nos movemos, la pereza y el desorden se hacen presentes y tiñen estas fiestas. Delegamos las decisiones a nuestro yo del futuro, al que le añadimos encargos de “ ya me cuidaré cuando pasen las fiestas”… Es una visión compartida y aceptada, e incluso normalizada y creemos que no  hay más opciones que ésta precisamente por lo incluida que esta en nuestro entorno.

Pero me alegra compartirte de que TÚ eliges. Eres protagonista de tu salud, así que tu eliges como quieres experimentar estas fiestas, así que aunque sea una pequeña decisión, esa pequeña decisión puede generar un gran cambio ( recuerda lo que te compartí en el método kaizen).

No es una exageración querer seguir cuidando de ti y de tu salud en Navidad.

No está fuera de lugar limitar el exceso de alcohol, tóxicos y excesos de comida, que desequilibran tu cuerpo.

No es una locura disfrutar de las rutinas que te hacen bien durante todo el año también en Navidad.

Descuidarse durante semanas, si que tiene connotaciones negativas que van más allá de las etéticas, o del peso en la báscula de la que todo el mundo habla pasadas las fiestas. Hay consecuencias patológicas como gota, gastroenteritis, enfermedad cardiovascular, hipertensión, hígado graso, diabetes… así como también psicológicas, cómo ansiedad, comer emocional, dependencia… Por ello la invitación es no normalizar los excesos.

Hay tantas versiones de la Navidad como humanos hay en el mundo.

Y tú, ¿Cómo eliges vivir estos días festivos?

Abrir chat
1
Hola 👋 feliz de que estes por aquí. ¿Quieres formar parte de alguno de mis programas, membresía o cursos con acompañamiento personalizado? Soy Débora, cuéntame y te ayudo encantada ;)

Si eres ya alumn@ de mis programas o cursos y tienes alguna duda de tu proceso escríbeme a: calmsupport@unodeocho.com